Esta es una historia que habíamos contado a pocas personas y con tantos momentos de reflexión que tenemos durante el viaje, supimos por qué lo hicimos. Es por aquello que pensamos del matrimonio, por eso que creemos y defendemos. Porque generalmente no estamos de acuerdo con cómo ve la sociedad el matrimonio, simplemente como un compromiso con un tercero quién los casó. Pero es más que eso y es más sencillo de lo que parece, es tan sólo una promesa de estar juntos “hasta que el amor nos una” y que mejor pretexto para cada día alimentar esa ilusión de estar juntos? En pocas palabras pensamientos locos que compartimos. Así que desde que nos conocimos habíamos decidido no casarnos. Pero....
Ahí va nuestra historia:
Ahí va nuestra historia:
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Hace 9 meses en México a pocos días de ingresar a EEUU, pasamos un par de noches conociendo el antiguo pueblo minero de Real de Catorce.
Para despedirnos de lugar vamos a un lugar muy especial a 20 kilómetros del pueblo “El Cerro Del Quemado”. Una cabalgata de 1 hora nos lleva a la parte más alta y mientras caía la noche la luna llena se iba poniendo en el cielo. Este es el cerro sagrado de los Huicholes y allí nace el sol, el sol que representa su Dios, ahí nació la humanidad y cada cosa de la creación según esta etnia. Y ahora es un lugar que representa algo importante de nuestras vidas. Allí surgió la pregunta ¿Te quieres casar conmigo? Y allí se dio la respuesta ¡SI!
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| Real de Catorce - México, antigua mina ahora túnel de ingreso a la ciudad |
Para despedirnos de lugar vamos a un lugar muy especial a 20 kilómetros del pueblo “El Cerro Del Quemado”. Una cabalgata de 1 hora nos lleva a la parte más alta y mientras caía la noche la luna llena se iba poniendo en el cielo. Este es el cerro sagrado de los Huicholes y allí nace el sol, el sol que representa su Dios, ahí nació la humanidad y cada cosa de la creación según esta etnia. Y ahora es un lugar que representa algo importante de nuestras vidas. Allí surgió la pregunta ¿Te quieres casar conmigo? Y allí se dio la respuesta ¡SI!
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Varios días pasaron pensando cómo iba a ser todo esto, como nos casaríamos, como hacerlo inolvidable, como hacerlo diferente. Hasta que llegamos a esta idea: ¡Vamos a casarnos en LAS VEGAS!
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| Las Vegas Boulevard, donde se concentran todos los Casinos y famosos hoteles de la ciudad |
Y así pasó el tiempo, recorrimos Estados Unidos de Texas a Florida, de Florida a New York, de New York a Washington, de Washington a Alaska, de Alaska a Canadá y de Canadá a Califonia y Nevada. Y aunque pensábamos en el matrimonio, pasó el tiempo y llegamos a Las Vegas sin nada planeado.
La ciudad como nunca habíamos visto, las 24 horas del día de los 365 días del año está viva, nunca duerme y nunca se levanta. La gente camina por la avenida que concentra todos los hoteles y casinos en busca de donde gastar su dinero.
Hoteles colosales exhiben lujo en todo lugar. Algunos tienen grandes centros comerciales con temáticas cómo el Venecia que tiene sus propios canales en los que se pasea en góndola.
El Bellagio un hotel de lujo con un espectáculo de fuentes que se ve desde la calle dónde al ritmo de una canción el agua se mueve como si hiciera coreografía. Sí, todo muy lindo. Pero nada que averiguamos lo de la boda.
Es 21/12/2012 el famoso fin de mundo y nos pareció que la fecha no podía pasarse por alto y decidimos casarnos justo ese día. Tuvimos literalmente que correr para poder estar listos los tres (Meli, Kike y Lunita) a las 7:30 pm frente a la Little White Chapel. Planeamos y ejecutamos nuestra boda en menos de 10 horas.
Lo primero que teníamos que hacer era ir a la corte cerca del centro de las Vegas y con nuestros pasaportes sacar una licencia para matrimonio. Al llegar vemos que hay muchas parejas “con aspecto de turistas” haciendo lo mismo que nosotros, la mayoría se reían y se tomaban fotos en la corte. Hay que hacer un pago de 60 dólares por el certificado.
Después vamos hacia la Little White Chapel que fue el lugar que escogimos para casarnos. Se paga por los derechos de uso del lugar 50 dólares más 50 dólares del Ministro. La cita la teníamos para las 7:30 de la noche así que vamos a arreglarnos lo más rápido que pudimos.
Llegamos a tiempo y con la vestimenta de los 70´s lista. Ponemos a Lunita en la ventanilla del drive thru de la capilla ¨ así como lo hizo Britney Spears años atras¨ No podíamos dejar atrás a la kombi, nos pareció especial casarnos junto a la compañera de nuestras aventuras por América. La ultima mirada el motor como augurio de buena suerte.
La ceremonia empieza. El ministro nativo estadounidense y con buen español, empieza a decir sus palabras. No habíamos hecho una ceremonia de ensayo, todo esto es bastante rápido y espontáneo, algo así como para no tener tiempo de arrepentirse, ahora entendemos por que los famosos se meten en problemas. Jorge bastante tranquilo y yo para que lo niego nerviosa y risueña.
Tal vez pasaron 5 minutos desde que todo empezó hasta que dijeron puede besar a la novia y nosotros nos miramos y solo pudimos decir ¿tan rápido nos casamos?
Y este fue nuestro primer beso después de la boda, no podemos decir que de esposos, porque nuestro primer beso de esposos nos lo dimos hace muchos años.
Andrés Fernando el hijo de Jorge fue el representante de nuestra familia en la boda. Todo pasó tan rápido que no alcazamos a decirle a nuestra familia el día exacto de la boda, pero la compañía de nuestros amigos anfitriones de las Vegas con su alegría y amor nos hizo sentir ese calor de hogar que siempre cae muy bien.
La ceremonia acabó muy rápido y salimos hacia el centro de la ciudad. Con bastante tráfico a esa hora, pero lucir ese letrero de recién casados en nuestra kombi 1976 era toda una obligación.
Rodando fue la kombi por las calles de las vegas, las miradas de la gente no faltaron al paso por la congestionada Las Vegas Boulevard, la calle principal. Las latas del bomper sonando todo el tiempo atrajo miradas a nuestro carro y al notar el letrero de recién casados no faltaron las fotos.
Nada de esto hubiera sido posible sin la ayuda de nuestros amigos y anfitriones en nuestra estadía por Las Vegas. Los lindos detalles de Lunita, la lavada, el letrero de recién casados, las latas del bomper, las luces, el ramo de flores de la novia, las burbujas, cada detalle fue gracias a su ayuda. Nicté, Rubén, Dieguito, Oscar, gracias por ayudarnos a resolver cada cosa que nos hacía falta y Rubén especialmente gracias por ser el testigo de nuestra boda. Esta familia si que conoce bien las Vegas, son los mejores turistas locales que conocemos.
El amigo Raúl nos conoció por el reportaje de Univisión, el es fotógrafo profesional y reconocido por cubrir eventos sociales en Las Vegas, nos contactó y ofreció ser nuestro padrino de fotografía y video para la boda. Ahí llegó a pesar de haber estado ocupado con trabajo durante todo el día. En poco tiempo compartiremos el trabajo hecho por Raúl.
Fotografía y Video en Las Vegas
Raúl Hernández
(702) 506-4075
Video Manía USA
www.videomaniausa.tv
Fotografía y Video en Las Vegas
Raúl Hernández
(702) 506-4075
Video Manía USA
www.videomaniausa.tv
Caminamos con nuestro vestimenta de los 70´s por todas las vegas siendo presos de muchas miradas, algunos hasta se tomaron fotos con nosotros. Después de la boda vamos a ver el espectáculo de los Beatles ¨LOVE¨ nuestra ropa combinaba muy bien con la ropa de los bailarines!
Nuestro viaje de luna de miel... lo hemos estado viviendo desde hace un poco más de 4 años, ojalá nunca acabara. Ésta una historia más para contar y que se relaciona con nuestro viaje por Las Américas, nuestro matrimonio en Las Vegas.
Un día divertido y loco, día en que el mundo acabaría pero no ocurrió, un día frío de invierno con mucho calor humano, un día que para nosotros será difícil no olvidar.
Nuestro viaje de luna de miel... lo hemos estado viviendo desde hace un poco más de 4 años, ojalá nunca acabara. Ésta una historia más para contar y que se relaciona con nuestro viaje por Las Américas, nuestro matrimonio en Las Vegas.
Un día divertido y loco, día en que el mundo acabaría pero no ocurrió, un día frío de invierno con mucho calor humano, un día que para nosotros será difícil no olvidar.