Después de conocernos, ambos teníamos sueños con respecto a viajar y sobretodo, recorrer suramérica. Yo pensaba mas en la posibilidad de hacerlo en moto o con mochila, Kike quien ya conocía y se había enamorado de los carros VW, tenia el sueño de recorrer suramerica en Kombi, desde hace años buscaba una westfalia pero su búsqueda no había dado resultados aun. Al hablar y con el tiempo llegar a amar también estos carros con personalidad, decidimos hacer el viaje de nuestros sueños en una Kombi VW. Habiamos buscado en muchos lugares, clasificados, en la calle, talleres y habíamos recomendado a diferentes personas entre ellas mecanicos, que en caso de encontrar una Kombi y mas aun westfalia nos avisaran. En un taller por la calle 26 de Cali vimos una Kombi que nos agrado, era camper amarilla, pero no westfalia, estaba en pésimas condiciones, pero ya no había mucho tiempo para escoger, con todos los documentos vistos y el precio pactado estábamos a punto de comprarla, recibimos una llamada al dia siguiente de un mecanico conocido que nos dice que el amigo de un amigo, del amigo, en fin, había encontrado una westfalia en Popayan, una cuidad a unas 2 horas de Cali y decidimos ir a verla, primero fui yo Melissa, y por via telefónica con los amigos del club de cali, nos ayudan a identificar el modelo dado que no eramos muy expertos.
La Kombi se encontraba en un parqueadero abandonada después de varios años. Al entrar al Parqueadero ahí estaba, sola en el centro del terreno, mostrándonos sus colores azul, blanco y rojo, lo primero paso por mi mente fue un payaso sonriendo. Se trataba de una Kombi WV westfalia alemana 1976 tipo Berlin.
Su estado era lamentable, al dar varias vueltas en torno a ella y mirar en su interior, me sentí un poco triste, le faltaban las cortinas, la cocina no existía, estaba muy sucia y por fuera mostraba los estragos de la violencia con varios huecos producto de una ráfaga de disparos, igualmente estábamos dispuestos con todo nuestro entusiamo y amor a recuperarla de todo este daño.
Al tratar de recibir información de la Kombi, llega una persona quien es la encargada de la venta, pero nos da una información muy confusa, tiene un traspaso sin autenticar del que no era el dueño anterior. Se nos hizo tarde y decidi regresar sin la Kombi a Cali. Al dia siguiente decidimos regresar los 2 a Popayán y entender bien cual era la situación del carro, vamos nuevamente al parqueadero y nos encontramos con el vendedor, le pedimos una explicación del estado del carro, pero no nos aclara nada y dice que el dueño esta en Bogota por negocios. Nosotros no quedamos muy contentos con la explicación y teniendo la copia de la tarjeta de propiedad en la mano, tomamos nota de la dirección del dueño anterior, afortunadamente era en la misma cuidad y fuimos a buscarlo. Ricardo, con paciencia y mucha nostalgia, hasta se podría decir que arrepentimiento de haber vendido la Kombi, nos recibió en su casa, nos hizo tomar asiento y hablamos por un rato, habíamos encontrado la verdadera historia. Su madre se había vuelto a casar con un alemán, el traia desde su pais combis llenas de repuestos para carros, las utilizaba como contenedor al solo cobrarse el volumen. Trajo kombis de diferentes tipos. Que de alguna u otra manera trataba de legalizar para poderse utilizar en Colombia, el viejo muere y después de tantos años y tal vez sin conocer el valor de algunas piezas y repuestos se venden. De todas las kombis que tenían solo dejan 1 westfalia el resto son vendidas. Se pinta de azul y la utilizan para uso de la familia, después de varios años en compañía de ella, muchas historias de amor con su esposa y del nacimiento de su hija, deciden hacer un negocio cambiando la Kombi por un mazda 323 en una compraventa de la cuidad de Popayán. La Kombi queda en poder del dueño de la compra venta, dueño que nunca conocimos, quien es victima de un atentado años mas tarde al encontrarse en su negocio con la Kombi parqueada cerca de esta. Después del acontecimiento es abandonada en un parqueo. Ya con todas estas aclaraciones, por lo menos nos vamos con la historia de la Kombi, porque asi es, la historia de estos carros es importante. Entre los reblujos de repuestos y piezas originales alemanas encontramos algunas cosas que nos servían para cambiar a la maltratada kombi ( lastima que las cortinas originales le sirvieran como cama al perro de la casa, dormia en unas muy buenas cortinas alemanas verdes) y por un buen precio nos llevamos lo que necesitabamos. Y lo mas importante, el traspaso lo volvimos a hacer con la firma de Ricardo autenticada en la notaria como debe ser. Ya con todo lo anterior listo, pactamos el precio con el encargado de la Kombi en la cuidad y después de descontar el pago del parqueo por más de un año de precio total de la Kombi y enterarnos de que el encargado había empeñado un dinero a cambio de los documentos, vamos a recoger los documentos originales y terminar de arreglar la inconveniente del prestamillo aquel.
Ya que íbamos con el mecánico, procede a prender el motor, que no tardo mucho en hacerlo y abastecerlo de gasolina en la estación de servicio mas cercana. Llenamos el tanque, arrancamos detrás de la Kombi en movimiento y alcanzamos a percibir que algo se marcaba en la carretera, algo liquido…Oh no, la gasolina se estaba saliendo, el tanque estaba roto y al parecer por un proyectil. El mecanico pone gasolina en un tarro que hace bajar por gravedad y asi seguimos el camino hacia Cali, ya siendo mas de media noche, llegamos y ya tenemos la Kombi en casa.
La historia de la Restauracion, esta si que es otra larga historia.